Tras la muerte de Hugo Chávez los venezolanos acudimos de nuevo a las urnas electorales para elegir al Presidente de la República, oficialmente Nicolás Maduro, candidato del Partido Socialista obtuvo 7.586.000 votos (50.6%), Henrique Capriles, candidato de la Mesa de Unidad 7.361.000 (49.1%) una diferencia de 1.5% (225.000 votos). Ante esta diferencia el Comando Simón Bolívar de Capriles señaló distintas irregularidades que le hacen cuestionar el resultado.
El fraude electrónico es improbable, esto lo garantiza la emisión de un comprobante físico que se deposita en las cajas de votación, la impresión de un acta que se le otorga a cada testigo de los partidos políticos antes de transmitir la información al Consejo Electoral, y la Auditoría de Verificación ciudadana que se realiza contando los votos colocados en las cajas y comparándolos con el número que emitieron las actas de las máquinas y el número de votantes señalados en el cuaderno de votación, esto se realiza al 54% de las mesas de votación el propio día electoral, esta es la argumentación del oficialismo para señalar que el sistema electoral mas perfecto del mundo no puede ser vulnerado y que en efecto los resultados electorales emitidos por el Consejo Electoral no tienen vicio alguno, al estilo de "Máquina mata Voto".
Pero el Comando Simón Bolívar entiende que el problema no es el voto en la máquina de votación sino como éste llega a ella, allí es donde entra la importancia del sistema de captahuellas y el cuaderno de votación, elementos que el CNE no revisará en la auditoría anunciada y precisamente aquellos que personalizan el voto, la garantía de “un voto, una persona”, (como lo explica acá el propio Jefe de Comando Oficialista cuando cuestionaba las elecciones primarias presidenciales de la Oposición en Febrero 2012), los cuales ante las denuncias de voto asistido, de las irregularidades estadísticas en 1176 centros de votación donde Maduro obtiene más votos que Hugo Chávez, en 243 mesas más del 95% de los votos y en 39 el 100% de los votos, junto a denuncias en las que huellas distintas al elector podían activar la máquina de votación, o el voto de fallecidos, hacen pensar que la ventaja de 225.000 votos del candidato oficial se tratan de “Voto Puyao”.
Lamentablemente ante la negativa del Consejo Electoral de revisar los elementos que personalizan el voto en Venezuela (Captahuellas y Cuaderno de Votación), el mismo pone claramente en duda la transparencia de la elección y reitera la parcialidad del organismo a favor del Partido Oficial de Gobierno observada una vez que el expresidente de ese organismo, Jorge Rodríguez es hoy Jefe del Comando de Campaña oficialista. Lo que nadie puede poner en duda es el quiebre de la mayoría rotunda del oficialismo ante un débil liderazgo que sortea una crisis económica y del crecimiento en solo año y medio del líder opositor Henrique Capriles. Los poderes públicos secuestrados por el partido de gobierno se negarán a cualquier auditoría exhaustiva, ¿qué dirán los organismos internacionales ante la impugnación de la elección en Venezuela?¿Que dirá el pueblo en las próximas elecciones del 8 de Diciembre?
