No hay nada más difícil hoy que ser esto, el fin de 2013 e inicio de 2014 ha sido uno de los momentos más duros para la juventud venezolana en los últimos tiempos. Las elecciones del 14A y el 8D mostraron el rostro de un país dividido, la devaluación, la inflación y la escasez mostraron el rostro de la crisis económica, la muerte de Mónica Spears y su esposo, mostró el rostro de un país violento, todas razones poderosas que chocan con los planes que cualquier joven hoy está haciendo: tener un buen empleo, comprarse un carro, formar una nueva familia, ahorrar para el futuro, buscar a donde salir el fin de semana. Más de un amigo emigrará este año del país, y a otros cuántos no les faltan las ganas, quienes se van, aman tanto a su país como los que decidimos quedarnos, solo que quieren la seguridad y las oportunidades que no encuentran aquí y ahora, por lo cual es totalmente comprensible su decisión, ahora bien, yo quiero esa misma seguridad y oportunidades, pero quiero construirlas aquí y para siempre.
El urgente cambio de modelo que demanda Venezuela no puede hacerse sin la fuerza de los jóvenes, al final, son quienes podrán construir mañana esa sociedad segura y de oportunidades que hoy demandamos. Pero quizás los jóvenes en política tenemos una mayor responsabilidad y es no dejar que los peores sigan haciendo peor política como sucedió a finales de los ´70 e inicios de los ´80, impidiendo la renovación de un modelo agotado y sembrando la semilla para que surgiera una clase política tan poco preparada y con tantos recelos para llevar las riendas del país, llevándonos a la crisis política, económica y social en las que nos ha sumergido el actual modelo.
El urgente cambio de modelo que demanda Venezuela no puede hacerse sin la fuerza de los jóvenes, al final, son quienes podrán construir mañana esa sociedad segura y de oportunidades que hoy demandamos. Pero quizás los jóvenes en política tenemos una mayor responsabilidad y es no dejar que los peores sigan haciendo peor política como sucedió a finales de los ´70 e inicios de los ´80, impidiendo la renovación de un modelo agotado y sembrando la semilla para que surgiera una clase política tan poco preparada y con tantos recelos para llevar las riendas del país, llevándonos a la crisis política, económica y social en las que nos ha sumergido el actual modelo.
Es por eso que los jóvenes en política debemos hacer cada día más y mejor política, responder a tantas preguntas: ¿Cómo hacemos a nuestros partidos más útiles a la Sociedad? ¿Cómo tenemos una política que defienda la verdad y desenmascare la mentira sin generar mas fricción social?, ¿Cómo hacemos partidos transversales que escuchen diariamente a sus dirigentes llanos, militantes o simpatizantes?. Ser joven en política no se trata de ser un rostro sin arrugas, se trata de ser verdaderos agentes de cambios en nuestros movimientos o partidos, que eviten el estancamiento en la misma política de siempre que no nos ha permitido progresar como sociedad. Podemos y debemos hacerlo.
Así como en los ´80, ´90 y el ´00 los jóvenes han estado condenados a ser hijos de la crisis, creo que los jóvenes venezolanos de hoy, y más aún, los que hacemos política, estamos condenados a ser padres de un nuevo modelo político, económico y social que le permita a Venezuela progresar. Hace 200 años una generación luchó por la independencia y lo logró, otra generación lucho por la democracia, y lo logró. Ahora le toca esta generación lograr un cambio de modelo que lleve a Venezuela hacia el progreso. Trabajemos por esto. Yo me sumo.
Así como en los ´80, ´90 y el ´00 los jóvenes han estado condenados a ser hijos de la crisis, creo que los jóvenes venezolanos de hoy, y más aún, los que hacemos política, estamos condenados a ser padres de un nuevo modelo político, económico y social que le permita a Venezuela progresar. Hace 200 años una generación luchó por la independencia y lo logró, otra generación lucho por la democracia, y lo logró. Ahora le toca esta generación lograr un cambio de modelo que lleve a Venezuela hacia el progreso. Trabajemos por esto. Yo me sumo.