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domingo, 7 de diciembre de 2014

EL OTRO PAÍS

Del que nadie habla, distinto al mismo país con las mismas crisis de siempre.

Crisis, controles, corrupción, devaluación, inflación, escasez; durante años hemos escuchado recurrentemente estas palabras, sí, no solo ahora, durante años, pasamos de la Venezuela Saudita de CAP I al Socialismo del Siglo XXI de Chávez, del RECADI de Lusinchi al CADIVI de Chávez, de la hiperinflación de Caldera a la inflación de Maduro, del PVP y la ley contra especuladores de Lusinchi al Precio Justo y la Ley de Precios Justos de Maduro; siempre gobernados bajo la misma tesis que nos han llevado a las mismas crisis, unas peores que otras, bajo esa idea que cree que es posible disminuir la pobreza con un Estado que derrocha el dinero que solo depende del alto precio del petróleo, mientras no se crean otras riquezas y se “controla” la economía, generando alta inflación y eternas devaluaciones. El mismo país, ayer con más democracia y mucho olvido, hoy con más autoritarismo y mucha más propaganda.

Ninguna sociedad progresa si su Economía está mal, si sólo depende de un recurso: el petróleo, sino se está creando mucha riqueza a través de muchos empleos que generen muchos productos, si no se garantiza una baja inflación que permita el ahorro de las personas y por ende detenga el empobrecimiento de quiénes ya muy poco tienen. Es la Economía de Mercado la que hoy permite mayor progreso social en el mundo, sin dejar de lado sus continuas observaciones y reformas, la misma que crea una riqueza que permite la existencia de un Estado reducido realmente a lo social que garantice seguridad, transporte, infraestructura, educación y salud de calidad a quienes poco tienen para permitirles realmente salir de la pobreza y no para mantenerlos en ella, con programas sociales que los ayudan a ser parte del listado de votantes del partido de turno, pero no, a superar la miseria.

Nadie debate cómo tener más ingresos que no sean los del petróleo, que el país no gaste más de lo que ingresa, y que lo que se gaste se gaste bien en más y mejor seguridad, infraestructura, educación, tecnología y salud. De cómo se va a hacer respetar la ley y se acerca la justicia a todos para tener un Estado de Derecho real, en cómo tenemos mejores municipios con más recursos y competencias o una democracia real en el que se represente realmente a quienes representan a la sociedad. En partidos más abiertos, mejor formados y conectados con la gente. Es el otro país del que nadie se atreve a hablar, del que rompe mitos y pone la verdad en la mesa.

Nadie se ha dedicado a evaluar aciertos y errores del pasado; al menos a decirlos en voz alta, sin dejar de lado los buenos recuerdos de democracia estable que genero avance social en el pasado o de la inclusión social que muchos shan sentido recientemente, y sin dejar de observar que jamás hemos tenido una buena economía que produzca riquezas, crecimiento, baja inflación, y por consecuencia otro país, un país menos pobre y más próspero para todos.

martes, 11 de febrero de 2014

CINCO EJÉRCITOS CONTRA TU INDEPENDENCIA


Los jóvenes de hoy, como hace 200 años en la Batalla de la Victoria, luchamos contra el peso de un ejército cinco veces mayor: Ser el tercer país del mundo con mayor homicidio juvenil (64 homicidios por cada 100.000 jóvenes-PNUD), tener la inflación más alta del Mundo (56%-BCV), tener el desempleo juvenil doblando al desempleo general (11%-INE), la mayor tasa de embarazo precoz en América Latina (24%-ONU), jóvenes que aún no tienen acceso a Internet (38%-MINJUVENTUD) y tantas realidades. La diferencia, hoy este ejército de injusticias nos está venciendo.

¿Cómo los jóvenes podemos lograr independencia y autonomía real bajo estas circunstancias?, todas son consecuencias de la acción o inacción de quiénes están y han estado en el poder, somos los hijos de la crisis de un modelo que durante 15 años ha repetido los peores errores de nuestra historia: depender del petróleo y malgastarlo, controlar exageradamente la Economía desde el Gobierno, usar los programas sociales para hacer dependientes a los venezolanos, manejar pésimamente los servicios públicos y nos ha llevado a uno de los errores mas añejos: militares al mando del Gobierno.

Para cambiar estas realidades, tenemos que cambiar el modelo, y para cambiar el modelo, tenemos que cambiar la política y allí los jóvenes que hacemos parte de ella tenemos un papel fundamental. Debemos trabajar por partidos políticos fuertes, modernos y abiertos que luchen por una democracia justa, donde los poderes públicos no sean como los famosos monos: ciegos, sordos y mudos, donde ninguna ley electoral sobrerepresente a las mayorías y respete a las minorías, donde la descentralización sea efectiva y se distribuyan recursos y competencias claras entre los distintos niveles de Gobierno.

Por una Economía Abierta, que garantice más oportunidades de empleo, de emprendimiento y una baja inflación, permitiendo así a los jóvenes las primeras oportunidades de progreso: el primer empleo, el primer crédito, la primera vivienda, el primer carro. Por un Estado responsable y eficiente que garantice la Educación de Calidad, promoviendo el ingreso, la permanencia, la innovación y la tecnología. Por un nuevo modelo político en el que ningún joven tenga que depender de su familia y ninguna familia tenga que depender del gobierno. En el que construyamos una sociedad que genere oportunidades y condiciones para que cada joven pueda ser más independiente, más autónomo, mas libre, donde como hace 200 años los jóvenes logremos vencer.

jueves, 16 de enero de 2014

SER JOVEN VENEZOLANO.


No hay nada más difícil hoy que ser esto, el fin de 2013 e inicio de 2014 ha sido uno de los momentos más duros para la juventud venezolana en los últimos tiempos. Las elecciones del 14A y el 8D mostraron el rostro de un país dividido, la devaluación, la inflación y la escasez mostraron el rostro de la crisis económica, la muerte de Mónica Spears y su esposo, mostró el rostro de un país violento, todas razones poderosas que chocan con los planes que cualquier joven hoy está haciendo: tener un buen empleo, comprarse un carro, formar una nueva familia, ahorrar para el futuro, buscar a donde salir el fin de semana. Más de un amigo emigrará este año del país, y a otros cuántos no les faltan las ganas, quienes se van, aman tanto a su país como los que decidimos quedarnos, solo que quieren la seguridad y las oportunidades que no encuentran aquí y ahora, por lo cual es totalmente comprensible su decisión, ahora bien, yo quiero esa misma seguridad y oportunidades, pero quiero construirlas aquí y para siempre.

El urgente cambio de modelo que demanda Venezuela no puede hacerse sin la fuerza de los jóvenes, al final, son quienes podrán construir mañana esa sociedad segura y de oportunidades que hoy demandamos. Pero quizás los jóvenes en política tenemos una mayor responsabilidad y es no dejar que los peores sigan haciendo peor política como sucedió a finales de los ´70 e inicios de los ´80, impidiendo la renovación de un modelo agotado y sembrando la semilla para que surgiera una clase política tan poco preparada y con tantos recelos para llevar las riendas del país, llevándonos a la crisis política, económica y social en las que nos ha sumergido el actual modelo. 

Es por eso que los jóvenes en política debemos hacer cada día más y mejor política, responder a tantas preguntas: ¿Cómo hacemos a nuestros partidos más útiles a la Sociedad? ¿Cómo tenemos una política que defienda la verdad y desenmascare la mentira sin generar mas fricción social?, ¿Cómo hacemos partidos transversales que escuchen diariamente a sus dirigentes llanos, militantes o simpatizantes?. Ser joven en política no se trata de ser un rostro sin arrugas, se trata de ser verdaderos agentes de cambios en nuestros movimientos o partidos, que eviten el estancamiento en la misma política de siempre que no nos ha permitido progresar como sociedad. Podemos y debemos hacerlo.

Así como en los ´80, ´90 y el ´00 los jóvenes han estado condenados a ser hijos de la crisis, creo que los jóvenes venezolanos de hoy, y más aún, los que hacemos política, estamos condenados a ser padres de un nuevo modelo político, económico y social que le permita a Venezuela progresar. Hace 200 años una generación luchó por la independencia y lo logró, otra generación lucho por la democracia, y lo logró. Ahora le toca esta generación lograr un cambio de modelo que lleve a Venezuela hacia el progreso. Trabajemos por esto. Yo me sumo.